lunes, 30 de octubre de 2023

 

La labor de  los cazadores con la fauna y la sociedad aragonesa es esencial.




La falta de agua durante la primera parte de la primavera complicó la supervivencia de algunas especies en muchas zonas de la comunidad aragonesa. Los cazadores, como gestores de las poblaciones a través de los acotados, se emplearon a fondo para tratar de revertir la situación.

Los cazadores aragoneses realizan esta labor por sí mismos, en sus días y ratos libres, poniendo sus propios medios así como sus propios recursos personales, materiales y económicos. La instalación y mantenimiento de estas infraestructuras para los animales supone cada año miles de euros de inversión en Aragón que las sociedades de cazadores sufragan en beneficio del fomento de la fauna silvestre aragonesa.

Ayudar en todo lo posible a las especies en su cría y desarrollo no es la única tarea de relevancia que desarrollan los cazadores aragoneses. Su papel es fundamental en otras facetas como reducir los daños que provoca a la agricultura la sobrepoblación de algunas especies, esencialmente el conejo y el jabalí, y de minimizar el riesgo de accidentes de tráfico en las carreteras aragonesas, de nuevo con el jabalí como principal problema.



La caza también es fundamental para gestionar la sobrepoblación de jabalí, que no sólo es otra especie dañina para la agricultura, sino que está detrás de muchos accidentes de tráfico. Las temperaturas más suaves han favorecido que las hembras tengan dos períodos de cría al año, en primavera y otoño, creciendo la población exponencialmente. En 2022, se capturaron en Aragón más de 43.000 jabalís, mientras que hace una década esta cifra se situaba en alrededor de 15.000.




Entre otras consecuencias, el aumento de población de esta especie ha desembocado en un crecimiento de los siniestros ocasionados por animales en las carreteras: se han duplicado en cinco años, según un informe publicado por la aseguradora Línea Directa, y han superado los 11.400 anuales, 
figurando las provincias de Huesca y Teruel entre las más afectadas de España por este problema. 

La caza vuelve a revelarse aquí como la mejor herramienta para regular las poblaciones de esta especie cinegética y ayudar a mantener un equilibrio entre la vida de los animales y las personas. Una buena gestión de las poblaciones permite reducir el riesgo de accidentes de tráfico en las carreteras. Es algo que la caza aporta a la sociedad y que no todo el mundo conoce.

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  ASOCIACIÓN CAZA NORTE.